Jesús llega precisamente allí, un niño en el pesebre del descarte y del rechazo. En Él, niño de Belén, está cada niño. Y está la invitación a mirar la vida, la política y la historia con los ojos de los niños”.
"Te vemos tan cercano, que estás junto a nosotros por siempre. Gracias, Señor".
"Te vemos tan cercano, que estás junto a nosotros por siempre. Gracias, Señor".
Precisamente, “en el pesebre del rechazo y de la incomodidad, Dios se acomoda, llega allí, porque allí está el problema de la humanidad, la indiferencia generada por la prisa voraz de poseer y consumir”.
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