llamados a ser profetas
MOTIVACIÓN
Comenzamos la oración «en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».
Intenta serenar tu interior para dedicar unos minutos a estar con Jesús, a escuchar su Palabra de vida, a renovar tu amistad con Él. Siempre está esperándote, está junto a ti, está en ti.
Puedes recordar alguna noticia que te haya impresionado en estos últimos días. A los orantes, nada humano les es ajeno. Te invitamos a presentar todo ante el Señor:
«Espíritu divino, alumbra la oscuridad de nuestro mundo. Porque la luz es más potente y las tinieblas no la pueden opacar.Danos valentía para seguir anunciando el Evangelio de Jesús».
Hoy recordamos el martirio de Juan Bautista y tantos que han entregado la vida por amor anunciando el evangelio.
"En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano.
Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto.
La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus oficiales y a la gente principal de Galilea.
La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.
El rey le dijo a la joven:
«Pídeme lo que quieras, que te lo doy».
Y le juró:
«Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».
Ella salió a preguntarle a su madre:
«¿Qué le pido?».
La madre le contestó:
«La cabeza de Juan, el Bautista».
Entró ella enseguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió:
«Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista».
El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla.
En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan.
Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron."
( MARCOS 6, 17-29)
COMENTARIO ORANTE
Juan es el profeta de la denuncia y del anuncio. Es un rayo de luz en medio de la noche, una ráfaga de verdad en medio de la hipocresía. Gusta, pero molesta. Intentan acallar su voz con la muerte violenta, pero su voz seguirá viva en el corazón del mundo.
Acoge la voz profética de los que viven a tu lado. Reaviva la vocación profética que has recibido en tu bautismo. Que los miedos no ahoguen tu voz ni escondan tu verdad.
PALABRA DE LOS MÍSTICOS
Dice el beato María Eugenio:
«Vive el Espíritu de Amor que habita en mí y que me ha invadido desde hace mucho tiempo. Presencia viva, invasora, dominadora. Él es quien difunde el amor y quien hace la Iglesia. Mi santidad consistirá en creer en él, en su presencia y abandonarme a su acción».
Me cuesta la sinceridad
cuando sé que puede provocar rechazo.
Me duele y la rehúyo, Señor.
Sin embargo, ¡cómo me ayuda encontrar
una voz que me diga las verdades con amor
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