Quien Guarda mi Palabra vivirá para siempre
MOTIVACIÓN
Comienzo la oración preguntándome: “¿Qué guardo en el corazón? ¿Qué verdades cultivo en la oración interior? ¿Cuál es el tesoro de mi vida? ¿Cómo vivo el Evangelio en la vida de cada día?”.
María guardó en el corazón la palabra de Jesús. Se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad. Por eso vive para siempre, es madre de todos.
La invocamos y le pedimos que nos ayude a escuchar y vivir el Evangelio de Jesús.
¡Madre de los orantes, danos tu fe, danos tu amor!
DEL EVANGELIO DE SAN JUAN 8, 51-59
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:
«En verdad, en verdad os digo: quien guarda mi palabra no verá la muerte para siempre».
Los judíos le dijeron:
«Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: ‘Quien guarde mi palabra no gustará la muerte para siempre’? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?».
Jesús contestó:
«Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra.
Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría».
Los judíos le dijeron:
«No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?».
Jesús les dijo:
«En verdad, en verdad os digo: antes de que Abrahán existiera, yo soy».
Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.
COMENTARIO ORANTE
La palabra de Jesús te dice que Dios mira a cada ser humano con infinito asombro y profunda compasión. Guarda esto en el corazón.
La palabra de Jesús te dice que Dios no puede hacer otra cosa que darnos su amor. Guarda esto en tu corazón.
La palabra de Jesús te habla de que a Dios le duele toda noche de la humanidad: las víctimas de las guerras, la economía del descarte. Guarda esta palabra en el corazón.
La palabra de Jesús te dice que ni siquiera la muerte pone fin a la comunión con Dios y con los hermanos. Guarda esto en tu corazón.
PALABRA DE LOS MÍSTICOS
Escribe san Juan de la Cruz:
«Está en mí el que ama mi alma, ¿cómo no le hallo ni le siento? La causa es porque está escondido, y tú no te escondes también para hallarle y sentirle…
Procura estar con él bien escondida, y en tu seno le abrazarás y sentirás con afección de amor.
Dicho queda, ¡oh alma!, el modo que te conviene tener para hallar el Esposo en tu escondrijo. Pero, si lo quieres volver a oír, oye una palabra llena de sustancia y verdad inaccesible: es buscarle en fe y en amor»
(Cántico B 1, 9.10.11).
ORACIÓN
Gracias, Señor, por tu perdón.
Tu gracia me regala una nueva vida,
Tu palabra alumbra la noche de la humanidad.
María, Madre del Evangelio,
ayúdanos a vivir en fe y en amor.
Señora de la Vida, aliéntanos
para nacer a la vida para siempre,
a la comunión con Dios y con los hermanos.
CIPE
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